
Fuente: Internet
El fin del universo podría ocurrir mucho antes de lo que se pensaba, advierte un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Radboud, aunque no hay razón para alarmarse: este evento ocurrirá dentro de aproximadamente 10⁷⁸ años, una cifra con 78 ceros.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, revisa a la baja la estimación anterior de 10¹¹⁰⁰ años, es decir, una reducción colosal en la escala temporal del universo.
“El fin del universo ocurrirá mucho antes de lo previsto, pero afortunadamente aún falta mucho tiempo”, explicó el astrofísico Heino Falcke, autor principal del estudio.
TE RECOMENDAMOS: El papa León XIV se suma a X e Instagram para acercarse a los fieles
La clave: la evaporación de los agujeros negros
El equipo de científicos basó sus cálculos en la radiación de Hawking, un fenómeno teorizado por el célebre físico Stephen Hawking en los años 70. Esta teoría sugiere que incluso los agujeros negros pueden perder masa lentamente mediante la emisión de partículas subatómicas, hasta desaparecer por completo.
Inspirados por este concepto, los investigadores de Radboud aplicaron los principios de evaporación cuántica a otros objetos cósmicos densos, como las enanas blancas, que se consideran los últimos vestigios activos del universo.
Según sus conclusiones, estos cuerpos también acabarán desintegrándose lentamente, marcando así el verdadero final del universo.
TE RECOEMNDAMOS: Echo comunicará a Amazon todo lo que se le diga
¿Y la Tierra? Mucho antes desaparecerá
Aunque el dato de 10⁷⁸ años pueda parecer inquietante, la vida en la Tierra habrá desaparecido mucho antes.
- En unos mil millones de años, el Sol incrementará su brillo lo suficiente como para evaporar los océanos y hacer la vida imposible.
- Dentro de aproximadamente 8.000 millones de años, el Sol se convertirá en una gigante roja y engullirá la Tierra, que para entonces ya estará desierta y sin vida.
¿Qué podemos aprender de esto?
Este estudio no solo redefine el cronograma cósmico, sino que también nos recuerda nuestra insignificancia en la escala del universo, al mismo tiempo que alimenta el asombro por los misterios del tiempo, la materia y el espacio.