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El Papa Francisco, líder espiritual de más de mil millones de católicos en el mundo, falleció este lunes a los 88 años en la Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano. La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia, a través de un videomensaje oficial.
Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina, fue el primer Papa latinoamericano y el primer jesuita en la historia en asumir el papado, elegido el 13 de marzo de 2013. Su pontificado, el número 266 de la Iglesia Católica, se caracterizó por un enfoque profundamente pastoral, su defensa de los marginados y un compromiso firme con el medio ambiente, la inclusión y el diálogo interreligioso.
Durante sus 12 años al frente del Vaticano, Francisco promovió reformas internas, abrió espacios de reflexión sobre temas sensibles como el papel de la mujer en la Iglesia, la diversidad sexual, la pobreza estructural y el cambio climático. Su estilo directo, su sencillez —como elegir vivir en una residencia modesta en vez del Palacio Apostólico— y su cercanía con la gente, lo convirtieron en una figura profundamente querida más allá del ámbito religioso.
El Papa había sido hospitalizado en febrero debido a una neumonía bilateral. Aunque en su momento mostró señales de recuperación, su estado de salud se complicó en semanas recientes. La causa oficial de su muerte fue una crisis respiratoria.
En estos momentos, miles de fieles se reúnen en la Plaza de San Pedro para rendir homenaje a quien fuera un Papa diferente, que buscó tender puentes, escuchar a las periferias y hacer de la Iglesia un hogar más abierto y compasivo.
La Santa Sede iniciará pronto el cónclave para elegir a su sucesor, en medio de un profundo duelo por la partida de un pontífice que marcó una era.
Descanse en paz el Papa Francisco, un pastor del siglo XXI.
