27 de noviembre de 2025
NotiPress - ECO-LATAM Gustavo Torres (NotiPress_Composición)

En 2024, América Latina y el Caribe alcanzaron la tasa más baja de pobreza monetaria desde que existen registros comparables, según datos del Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). De acuerdo con el informe, el 25,5% de la población regional se encontraba en situación de pobreza, una reducción de 2,2 puntos porcentuales respecto a 2023 y de más de 7 puntos en comparación con 2020.

Con respecto a la pobreza extrema, el documento indica que esta afectó al 9,8% de la población en 2024, lo que representa una baja de 0,7 puntos porcentuales con respecto al año anterior. Sin embargo, esta cifra sigue siendo superior al mínimo histórico registrado en 2014, cuando la pobreza extrema alcanzó el 7,7%.

Los datos reflejan un repunte económico postpandemia en algunos países de la región. Según la CEPAL, «la fuente que más impacto tuvo en las variaciones de la pobreza en todos los países, tanto en su reducción como en su aumento, fue el ingreso por trabajo asalariado«. En particular, los avances observados en México y Brasil explican buena parte de la mejora regional. «La reducción de la pobreza en 2024 se explica principalmente por el comportamiento de México y, en menor medida, del Brasil, que representaron el 60% y el 30% de la disminución regional, respectivamente».

El informe también destaca que sin los avances registrados en estos dos países, la disminución regional habría sido leve y las tasas se habrían mantenido en torno a los niveles de 2019. Aunque positivo, el dato pone de relieve la fragilidad del progreso y la necesidad de fortalecer las bases estructurales para lograr una reducción sostenible de la pobreza.

CEPAL señala que el ingreso laboral fue el principal factor que impulsó la mejora, mientras que otros componentes, como las transferencias públicas, tuvieron un efecto complementario. Esto resalta la importancia de articular políticas que fortalezcan el empleo formal y protegido como vía para consolidar las mejoras en los niveles de vida.

Pese a los resultados positivos, el informe advierte que la pobreza sigue afectando desproporcionadamente a ciertos grupos. La incidencia es mayor en zonas rurales, entre mujeres, niños, pueblos indígenas y personas afrodescendientes. Además, la CEPAL remarca que el enfoque tradicional basado únicamente en ingresos resulta insuficiente para capturar la complejidad del fenómeno. En este sentido, el organismo destaca la relevancia de complementar el análisis con indicadores de pobreza multidimensional. Aunque esta disminuyó de manera sostenida entre 2014 y 2024 —del 34,4% al 20,9%—, la región aún presenta niveles elevados de desigualdad en varias dimensiones del bienestar, como empleo, vivienda, salud y educación.

En su evaluación, la CEPAL sostiene que es indispensable mantener políticas públicas activas y sostenidas para evitar retrocesos. Entre las recomendaciones, el informe enfatiza la necesidad de fortalecer la protección social, ampliar la formalización del empleo y garantizar el acceso a servicios básicos, con especial atención a los grupos históricamente excluidos.