15 de mayo de 2025
ROSA-ICELA-RODRIGUEZ

Fuente: NotiPress

Frente a un contexto de violencia persistente y desigualdad estructural, el gobierno de México ha intensificado una estrategia nacional que busca atacar las raíces del conflicto social. Lejos de una lógica exclusivamente punitiva, el enfoque adoptado desde el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 se centra en atender las causas que generan violencia, llevando servicios básicos a las comunidades más afectadas y apostando por el desarme voluntario como herramienta de pacificación.

Un millón de personas alcanzadas

Hasta el 2 de mayo de 2025, la estrategia ha beneficiado a 1 millón 328 mil 012 personas en diferentes entidades del país. En el corazón de este plan se encuentran acciones orientadas a mejorar la salud pública, promover el bienestar mental y prevenir adicciones, especialmente en poblaciones vulnerables.

Las jornadas de salud comunitaria, realizadas en coordinación con diversas dependencias del Estado, han llegado a entidades como Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Chihuahua, Tabasco, Guerrero y Baja California. En estas actividades se ofrecen consultas médicas básicas, servicios de vacunación, atención dental y apoyo psicológico, fortaleciendo el tejido social desde una perspectiva preventiva.

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Paz desde el territorio: diálogo y derechos

Además de los servicios de salud, se han desplegado Mesas de Paz y eventos comunitarios como parte de una estrategia para fortalecer el diálogo ciudadano. Uno de los momentos más significativos fue la celebración del Día de la Niña y el Niño, que reunió a más de 115 mil asistentes en todo el país.

También se organizaron 198 mesas de diálogo y 166 jornadas de atención por el derecho a la identidad en municipios como Tila y La Trinitaria, Chiapas, donde históricamente las comunidades han vivido al margen de los servicios del Estado. Estas jornadas permiten emitir actas de nacimiento y garantizar la identidad legal, un paso crucial para el acceso a derechos sociales y educativos.

Desarme voluntario: menos armas, más vida

Una de las aristas más impactantes de la estrategia es el programa de desarme voluntario, mediante el cual la ciudadanía entrega armas y municiones a cambio de incentivos económicos o apoyos sociales, sin ser criminalizada.

Entre el 10 de enero y el 2 de mayo de 2025, se han recolectado:

  • 1,763 armas de fuego (1,017 cortas y 405 largas)
  • 68,172 cartuchos útiles
  • 1,934 cargadores
  • 128 granadas
  • 2 cartuchos de dinamita
  • 245 estopines
  • 5,413 cápsulas fulminantes

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El armamento entregado incluye fusiles semiautomáticos como AR-15, AK-47 y M-16, así como pistolas subametralladoras de calibre 9 mm, frecuentemente vinculadas al crimen organizado.

Solo entre el 23 de abril y el 2 de mayo, se logró la recuperación de 97 armas largas, 70 armas cortas, dos granadas, 9,321 cartuchos, 664 cargadores y 5,407 cápsulas detonantes, lo que demuestra el alcance territorial y la eficacia de los operativos.

“La paz se construye con justicia social”

Durante la conferencia matutina del 8 de mayo, Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Gobernación, reafirmó el compromiso del Estado mexicano con un enfoque humanista:

“La salud y la educación son derechos del pueblo de México, no son privilegios”, sentenció.

Esa declaración resume el espíritu de la estrategia: la paz duradera no se impone, se construye desde abajo, garantizando el acceso a derechos fundamentales y cerrando las brechas que alimentan la exclusión y el resentimiento.

Hacia una cultura de paz

El despliegue de estas acciones continuará en los próximos meses, con más jornadas, módulos itinerantes, y presencia institucional en las regiones más afectadas por la violencia estructural. La prevención de adicciones, la atención de la salud mental, y la promoción de la identidad legal seguirán siendo ejes prioritarios.

Aunque los resultados no serán inmediatos, este modelo representa un cambio de paradigma: de la guerra contra el crimen a la reconstrucción del tejido social como vía para la pacificación nacional.