
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reconoció públicamente los graves daños ecológicos provocados por la construcción del Tren Maya en la península de Quintana Roo. Entre 2019 y 2023, el megaproyecto implicó la tala de más de 7 millones de árboles y la afectación directa de al menos 125 cenotes y cavernas naturales.
Durante una conferencia de prensa, Alicia Bárcena, titular de la Semarnat, admitió que el proyecto generó afectaciones relevantes al ecosistema regional. “La restauración que requiere una obra como el Tren Maya es tan integral que necesita reforestación real. Las comunidades deben participar activamente, no las grandes empresas que vienen, plantan un árbol y se les muere al día siguiente”, afirmó.
Plan integral de restauración ambiental
La Semarnat presentó una propuesta de rescate que contempla:
- Eliminación de mallas metálicas que impiden el libre paso de fauna silvestre.
- Protección de cenotes y cavernas.
- Prohibición de caminos secundarios en zonas selváticas destinados al turismo.
- Medidas de compensación ambiental por el cambio de uso de suelo.
Además, se están realizando recorridos técnicos en las áreas más afectadas para evaluar el nivel de impacto y definir las acciones necesarias de restauración.
Apoyo a productores locales y posible reserva de la biosfera
Sergio Graf Montero, director de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), anunció que se desarrollarán estrategias para restaurar manglares degradados y apoyar a comunidades como los chicleros, quienes podrán aprovechar especies nativas de alto valor ecológico y económico para regenerar la selva.
Por su parte, Marina Robles García, subsecretaria de Biodiversidad, informó que se analiza declarar el sistema de cenotes y cavernas de Quintana Roo como reserva de la biosfera, en coordinación con la Conanp. Esta designación permitiría su integración en una red internacional de áreas naturales protegidas.
Aunque no se definieron fechas concretas para iniciar el plan, Robles García aseguró que los costos deberán ser cubiertos por los responsables de la obra, sin detallar mecanismos de financiamiento.
Impacto del Tren Maya: cifras que preocupan
El Tren Maya comenzó su construcción en junio de 2020, bajo el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo promovió como una estrategia para impulsar el desarrollo del sureste del país. Inicialmente supervisado por Fonatur, el proyecto pasó luego a manos de Tren Maya S.A. de C.V., empresa operada por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Entre las compañías involucradas destacan Alstom-Bombardier, China Communications Construction Company, Mota-Engil y Operadora Cicsa, del Grupo Carso.
El tramo más afectado es el que conecta Cancún con Tulum, donde se calcula la pérdida de 3.6 millones de árboles. Además, el tren atraviesa zonas protegidas como:
- El sitio Ramsar Anillo de Cenotes (Yucatán),
- El Sistema Lagunar Catazajá (Chiapas y Tabasco),
- La Reserva de la Biosfera Los Petenes (Campeche).
Activistas celebran el reconocimiento oficial
El hidrólogo Guillermo D’Christy, integrante del colectivo Sélvame del Tren, celebró el reconocimiento por parte de Semarnat. “La autoridad ambiental nos da la razón. La obra fue ilegal, violó la legislación ambiental y causó un gran impacto, especialmente en el tramo 5. Es momento de compensar, restaurar y proteger la selva que aún nos queda”, escribió en sus redes sociales.