
Ante el incremento de olas de calor extremas previstas para julio y agosto, que podrían aumentar significativamente el uso de aires acondicionados, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE) sugirió buscar soluciones que contribuyan a mejorar la eficiencia energética en el manejo de los equipos para enfriar hogares y oficinas durante el verano, sin disparar el consumo de energía y el impacto ambiental.
Propuso como una de las principales soluciones, calibrar a 23°C el límite de temperatura de inicio del equipo de aire acondicionado en lugar de 19°C, como actualmente ocurre en diversas oficinas y hogares. Y es que por cada grado menos en el termostato de los equipos, el consumo de energía eléctrica suele encarecerse entre 8% y 11% más; de ahí que al establecerlo en 23°C en lugar de 19°C, se podría generar un ahorro superior al 30% en el consumo de energía.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el gasto de los aires acondicionados representa alrededor del 10% de la energía consumida en el mundo; de manera que al ser estos equipos los que tienen mayor demanda de electricidad en hogares y empresas, contribuyen a saturar las redes eléctricas y propician un incremento en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
En su informe sobre enfriamiento en edificios, la IEA indica que actualmente operan alrededor de 2.3 billones de equipos de aire acondicionado en todo el planeta, con las respectivas implicaciones en emisiones atribuibles al consumo de energía eléctrica y a los gases asociados a los refrigerantes, con alto potencial de calentamiento global de hasta miles de veces más que el CO₂. Cabe señalar que de 1990 a la fecha el parque mundial se ha triplicado al sumar entre 40 y 60 millones de unidades cada año, generando también un crecimiento anual de entre 1 y 1.2 gigatoneladas de emisiones de CO₂.
El incremento de emisiones ha propiciado mayor calentamiento del planeta y en consecuencia, los usuarios suelen colocar los aires acondicionados a temperaturas más bajas, dando lugar a un fenómeno de retroalimentación negativo en detrimento del control del cambio climático, ya que a mayor temperatura del ambiente, mayor demanda de equipos de aire acondicionado y con ello mayor demanda de energía eléctrica y a su vez mayor volumen de GEI, detonando mayor temperatura del ambiente, lo cual deriva en un círculo vicioso que empeora el calentamiento global.
Informes de diversos organismos como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la IEA, advierten que las temperaturas se mantendrán en niveles récord y que en las próximas tres décadas el uso de aires acondicionados se disparará, convirtiéndose en uno de los principales impulsores de la creciente demanda de electricidad en edificios públicos y unidades residenciales, de ahí que el FIDE sugiere cambiar el comportamiento en el punto de ajuste de la temperatura para lograr mayor eficiencia y encarrilarse a un escenario de cero emisiones en 2050. Asimismo, recomienda adoptar otras medidas para eficientar el funcionamiento del aire acondicionado, como limpiar los filtros, apagarlo cuando no haya nadie en las habitaciones, utilizar el temporizador para programar el encendido, mantener las puertas y ventanas cerradas cuando esté prendido y abrirlas cuando esté fresco para que circule el aire natural, a fin de optimizar el consumo