A casi tres meses del asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, familiares y activistas han exigido a las autoridades estatales y federales avanzar en la investigación de su violenta muerte. La familia y organizaciones civiles aseguran que no han observado avances significativos en las indagatorias y demandan justicia por su fallecimiento y el de otros 11 activistas y defensores de la paz asesinados en 2024, presuntamente a manos del crimen organizado.
Romeo Pérez, hermano del sacerdote, recordó la lucha pacífica de Marcelo, quien, según indicó, “lo único que hacía mi hermano era exigir la paz”. Además, subrayó que su único delito fue exigir justicia y paz para San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y el mundo. «No hay resultados», lamentó Romeo Pérez, señalando la falta de información por parte de las autoridades sobre los avances en la investigación.
El sacerdote Marcelo Pérez Pérez fue asesinado el 20 de octubre de 2023 tras denunciar los nexos del narcotráfico con políticos locales y exigir un alto a la violencia generada por los grupos criminales que luchan por el control de la frontera sur de México.
Este 16 de enero, fecha que marcaría el 52° cumpleaños de Marcelo, familiares, amigos, feligreses y activistas realizaron una marcha-peregrinación en su honor por las calles de San Cristóbal. «No sabemos nada de la investigación, pero las autoridades dicen que están haciendo su trabajo», comentó Nardo Guillén Trujillo, habitante de la ciudad y participante en la marcha.
La caminata, que recorrió tres kilómetros desde el centro de la ciudad hasta el barrio de Cuxtitali, donde fue asesinado el sacerdote, incluyó pancartas con la imagen del padre y banderines de paz, además de consignas contra la violencia y la inseguridad. En el lugar del asesinato, los manifestantes colocaron una mesa con flores, velas y una imagen simbólica del padre Marcelo, representando su lucha por la paz.
Al finalizar la marcha, se celebró una misa en memoria del padre Marcelo Pérez Pérez y de las otras víctimas de violencia en la región.
Chiapas continúa enfrentando una escalada de violencia debido a la disputa entre grupos narcotraficantes, como el Cártel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, y otros grupos locales autodenominados como el Cártel de Chiapas y Guatemala. Estos grupos se disputan el control territorial en la frontera con Guatemala para el tráfico de drogas, personas y actividades de extorsión.